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Historia de Amor:

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Espero disfruten esta historia que es basada en la vida real

    Amor y un Amigo    

 

I     

 

Tenía yo un buen amigo
medio tonto, por no más decir,
que le encantaba sufrir
y a la felicidad le temía.
El porqué le pregunté un día,
pero no me quiso decir.

Investigar sobre él me propuse.
Quería saber que le ocurría.
Intensamente busqué noche y día
y una amiga me contó el problema.
No era tan grande el dilema
mal de amores lo que tenia.

 

Mi amigo tenía mala suerte
en el campo del amor
y siempre pedía a su señor
que una amiga le trajera,
no importa como fuera,
pero que le quitara el dolor.

Pensativo por todo lugar andaba
mientras lloraba y reía a la vez.
Pasaba la hora, el día, pasó un mes
y sus penas sólo el viento conocía.
Falta de amor era su melancolía
intentaba entenderlo de una vez.

  

Y un día sin imaginarlo
a primera vista llegó el amor.
Gritó al cielo, ¡gracias Señor!.
Gracias por arrojar una diosa.
Es ella una mujer tan hermosa;
desde el cielo cayo la mejor.

 

Pasaba el tiempo y él la conocía.
Cada vez más y más se ilusionaba.
Sus penas ya ninguna recordaba
pues era muy grande su emoción.
Tan grande que ya abordaba su corazón
haciéndole creer que ya la amaba.

Otro día sintiéndose muy suertudo
con su mente llena de ilusión,
creyendo que era mutua la atracción,
quería saber que ella sentía.
Si de alguna manera lo quería
pero no compartían la emoción.

 

Se preparó durante todo el día

pues esa noche debía ser especial.
Todo debía quedar bien, nada mal.
No era tan complicada la cosa.
Planeaba verla, saludarla y darle rosa
a esa su tan hermosa reina ideal.

 

La visualizó a sólo unos metros.
Era noche de una sola estrella.
Realmente era muy bella.
La pregunta decidió hacer.
Cuando acabo no lo podía creer.
Un rotundo no le respondió ella.

 

Por primera vez él sentía
lo que ahora estaba sintiendo.
Creía él que estaba muriendo,
que poco a poco agonizaba,
que ella el corazón le arrancaba
y sin piedad lo estaba exprimiendo.

 

Era demasiado joven mi amigo
para entender que amar es complicado.
Sufrío como sufre un padre desdichado,
al ver a su joven hija morir
y pierde las ganas de vivir,
pues cree que en vida lo han matado.

 

Con lágrimas en los ojos
sintió muy cerca la muerte.
Pero de la nada, de repente,
dentro de él algo se movía.
Era su otro yo que decía
amigo mío debes ser fuerte.

 

Su consejo fue bien tomado.
Limpió su rostro y se hizo fuerte.
Gritó muy alto, ¡agarrame muerte!
Entonces prosiguió su camino
dándose cuenta que su destino
no era a su espalda, era al frente.

 

II

 

Pasó algún tiempo luego de aquel episodio
y mi amigo ya muy bien se encontraba.
Desde aquel entonces el amor no lo llamaba,
pero no era eso preocupación alguna
pues no había conocido mujer alguna
y con el tiempo más maduro estaba.

 

Transcurrió el tiempo sin mucho cambio
solo el pensar de mi amigo cambió
un dramático giro su mente dio
pero mucho cambio aun le faltaba.
Mucho más de lo que siempre imaginaba.
Mucho más de lo que una vez vivió.

 

Y el tiempo, como siempre algo prepara,
 a mi amigo algo planeado le tenía.
No había miedos, ya nada él temía
pues maduró y aprendió a ser fuerte.
No temía nada, ni siquiera la muerte
pero no se preparó para lo que vendría.

 

Y como por obra y gracia de Dios,
llego a su vida otra hermosa mujer.
Mi amigo casi no lo podía creer
puesto que era algo inesperado.
Dios dispuso y él no ha negado
que al principio no supo que hacer.

  

Era ella una mujer muy hermosa
y es ella la dueña de este capítulo.
Conozco a ambos y siento un vínculo
por el cual puedo admirar aquella dama,
la cual mi amigo con emoción proclama
dueña de varios de sus títulos.

 

Su nombre muy extraño me era,
su personalidad lo era también.
Pero irremediablemente era de quien
mi amigo tanto me hablaba
con mucha emoción él me contaba
que este amor sería de bien.

 

 

Poco a poco crecía el sentimiento.
Cada vez más en ella él pensaba.
Sabía ya que al amor se encaminaba,
pero inteligentemente decidió esperar.
No fuera que le volviera a pasar
como la que creyó una vez amaba.

 

Pero de la nada y así de repente
a mi amigo lo invadió la confusión.
No era tristeza, ni tampoco emoción.
Esto nunca antes lo había sentido.
Tampoco eran recuerdos de aquel olvido,
era algo inquietante para  el corazón.

 

Y el tiempo pasaba lentamente
aunque a él le volaba como el viento.
Se los juro, amigos mios, no les miento.
Él muy mal en ese entonces se veía
no por desamor, mucho menos de alegría,

sino por no entender su extraño sentimiento.

 

Algo le pasó de la noche a la mañana.
En ese entonces nadie supo que ocurrió.
Muchos creyeron que loco se volvió
pues ya casi nadie le entendía.
No era locura, sino sabiduría

pues finalmente al amor comprendió.

 

Logro entender que la vida es perfecta
y comprendió que el amor lo es también,
perdió el miedo y se enamoro de quien,
de quien ya antes les había contado.
Fue tan feliz ahora estando enamorado
y volvió a pensar que el nuevo amor le haría bien.

 

Pero el destino es  algo un poco travieso
y una broma con mi amigo quiso jugar.
Le dio alas y luego las quiso cortar.
Pero el destino tuvo un pequeño olvido
y es que mi amigo había aprendido
lo que realmente significa amar.

 

No consiguió el amor de aquella mujer,
pero no sufrió como en la otra ocasión.
Lo que ahora sentía venía del corazón,
comprendió que el amor es complicado
y que lo más puro es estar enamorado.
Aunque no se comparta la emoción.

 

Víctor Sierra Navarro