II
Pasó algún tiempo luego de aquel episodio
y mi amigo ya muy bien se
encontraba.
Desde aquel entonces el amor no lo llamaba,
pero no era eso preocupación alguna
pues no había conocido
mujer alguna
y con el tiempo más maduro estaba.
Transcurrió el tiempo sin mucho cambio
solo el pensar de mi amigo cambió
un
dramático giro su mente dio
pero mucho cambio aun le faltaba.
Mucho más de lo que siempre imaginaba.
Mucho más de
lo que una vez vivió.
Y el tiempo, como siempre algo prepara,
a
mi amigo algo planeado le tenía.
No había miedos, ya nada él temía
pues maduró y aprendió a ser fuerte.
No temía
nada, ni siquiera la muerte
pero no se preparó para lo que vendría.
Y como por obra y gracia de Dios,
llego a su vida otra hermosa mujer.
Mi
amigo casi no lo podía creer
puesto que era algo inesperado.
Dios dispuso y él no ha negado
que al principio no supo
que hacer.
Era ella una mujer muy hermosa
y es ella la dueña de este capítulo.
Conozco
a ambos y siento un vínculo
por el cual puedo admirar aquella dama,
la cual mi amigo con emoción proclama
dueña de
varios de sus títulos.
Su nombre muy extraño me era,
su personalidad lo era también.
Pero irremediablemente
era de quien
mi amigo tanto me hablaba
con mucha emoción él me contaba
que este amor sería de bien.
Poco a poco crecía el sentimiento.
Cada vez más en ella él pensaba.
Sabía
ya que al amor se encaminaba,
pero inteligentemente decidió esperar.
No fuera que le volviera a pasar
como la que
creyó una vez amaba.
Pero de la nada y así de repente
a mi amigo lo invadió la confusión.
No era tristeza, ni tampoco emoción.
Esto nunca antes lo había sentido.
Tampoco eran recuerdos de aquel olvido,
era
algo inquietante para el corazón.
Y el tiempo pasaba lentamente
aunque a él le volaba como el viento.
Se
los juro, amigos mios, no les miento.
Él muy mal en ese entonces se veía
no por desamor, mucho menos de alegría,
sino por no entender su extraño sentimiento.
Algo le pasó de la noche a la mañana.
En ese entonces nadie supo que
ocurrió.
Muchos creyeron que loco se volvió
pues ya casi nadie le entendía.
No era locura, sino sabiduría
pues finalmente al amor comprendió.
Logro entender que la vida es perfecta
y comprendió que el amor lo es
también,
perdió el miedo y se enamoro de quien,
de quien ya antes les había contado.
Fue tan feliz ahora estando
enamorado
y volvió a pensar que el nuevo amor le haría bien.
Pero el destino es algo un
poco travieso
y una broma con mi amigo quiso jugar.
Le dio alas y luego las quiso cortar.
Pero el destino tuvo un
pequeño olvido
y es que mi amigo había aprendido
lo que realmente significa amar.
No consiguió el amor de aquella mujer,
pero no sufrió como en la otra ocasión.
Lo que ahora sentía
venía del corazón,
comprendió que el amor es complicado
y que lo más puro es estar enamorado.
Aunque no se comparta
la emoción.
Víctor Sierra Navarro